Bueno, grosso modo, ya he esplayado mi vida en un blog. Me he dejado muchos datos y aspectos, pero creo que son los que se viven día a día rompiendo con la rutina de las mismas actividades. Después de todo, siempre va a haber oración, estudio, compartir y hasta perder el tiempo. La cuestión es la forma en que todo aquello se vive y lo que se va descubriendo en cada uno de esos acontecimientos. Vamos, que en definitiva, puede que ayer la comida me haya sabiendo fenomenal y hoy me siente fatal; o que la oración me haya pasado rapidísimo y que hoy, sencíllamente no encuentre que hacer para pasar el tiempo. Al final, cómo siempre digo, no hay dos días iguales, y menos mal, sería de lo más aburrido del mundo (tal como si todos fuésemos cortados con la misma tijera: sería invivible).

Por lo tanto, ahora me quedo aquí sentado, escribiendo estas lineas, y me pregunto: ¿sobre qué escribo ahora? Hay tantos temas, pero lo cierto es: cual es verdaderamente importante? La convicción? La transparencia? La coherencia y autenticidad? La indignación ante el pasotismo y la inmisericordia? La felicidad y el optimismo? Dios mismo? En fin, creo que debo dejar pasar un día…mañana, o más tarde, ya escribiré sobre algo. Después de todo, la vida es para vivirla, sino ¿para qué? Ojo y vivirla significa en defnitiva, entregarla, sino ¿qué sentido?